sábado, 9 de octubre de 2010

"LA PUERTA DORADA DE JERUSALÉN", Juan Almirall

Cristianismo es una religión mistérica, soteriológica y escatológica. Su núcleo formativo fue una comunidad judía, que se reunía en torno a Iosua (Jesús es el mismo nombre que José), un maestro mesiánico, a las afueras de Jerusalén, bajo la Puerta Dorada del Templo. Cuentan los Evangelios que Jesús predicaba en el Monte de los Olivos, enfrente del Monte Sión y Moriá, donde se levantaba el Templo. En aquel lugar, se encontraba el gran cementerio, en el famoso Valle de Josafat o de Yehoshaphat, que significa "el Juicio de Jehová", el lugar del Juicio, donde se enterraban los judíos, orientándose hacia la Puerta Dorada, la Puerta del Rey, del Mesías. De hecho el Monte de los Olivos es en un gran cementerio, rodeado de jardines de olivos, donde enseñaba el Maestro, rabino, de los Cristianos. Y lo que realmente debía enseñar, eran los lugares misteriosos del más allá, los cielos que las almas de los judíos esperaban alcanzar, tras el Juicio de Jehová. El Monte de los Olivos es una de las distintas colinas alrededor del Monte Sión, donde se levantaba la ciudad de Jerusalén, la ciudad de la Paz de Dios ("salem" significa "paz"). El pueblo judío tiene esta ciudad como el referente espiritual, un lugar de paz, donde tenía que vivir la comunidad de fieles, de los observadores de la Ley de Yahveh. Su impresionante Templo, en época romana, era el lugar donde el Señor de Israel habitaba, donde se encontraba la presencia viva del protector y guía del pueblo de Israel.
La Puerta Dorada, que fue tapiada por los musulmanes, era la puerta oriental de la ciudad, que daba directamente al Templo, y tras la cual se encontraba el Santo de los Santos, la Morada de Dios. El muro occidental, llamado Hakótel Hama'araví, es el famoso Muro de las Lamentaciones, del otro lado del Templo. El Santuario miraba hacia donde sale el Sol, la puerta oriental era llamada la Puerta de Oro, por la que tenía que pasar el Rey de Israel, el Mesías, el Ungido por Dios. Y atravesar el Valle del Juicio, el Valle de Josafat, para dirigir hacia Dios a todas las almas de los justos. La monarquía judía era temporal pero sobre todo espiritual, los reyes eran los verdaderos sabios de Israel.
Este es el escenario jerusalemita donde el Mesías (o Cristos en griego), predicó sobre el Reino de los Cielos, sobre el Reino del Padre, el Dios de Israel. Su discurso solo podía ser soterológico, es decir, relativo a la salvación de las almas, pues en aquella época los rabinos, que eran generalmente fariseos, enseñaban sobre la salvación de las almas, en una línea muy influenciada por el discurso helenístico. La Escuela Farisea de rabinos o maestros que se repartían por toda Palestina y más allá, tenía muchos puntos en común con la Escuela Estóica, así lo atestigua Flavio Josefo. Jesús atravesó la Puerta Dorada de los Reyes de Israel, predicó la salvación en el cementerio judío por excelencia, y se elevó a los Cielos, a la Casa del Padre, desde el Monte de los Olivos, frente al Monte Sión, para llevar consigo a todas las almas que esperaban la salvación. Este es el Evangelio (el buen-mensaje) de los Cristianos.

5 comentarios:

Juan Almirall Arnal dijo...

Hay que tener en cuenta que los años de la predicación de Jesús, son años de implantación de las doctrinas judio-helenísticas de los fariseos. Y su mensaje esencial era soteriológico. Jesús aparece como un rabino fariseo más. Pablo también era fariseo, ya hemos escrito sobre este tema. Es una época de implantación doctrinal. El partido saduceo no creía en la salvación de las almas, así chocaban los fariseos, con sus doctrinas modernas, con los más tradicionales sacerdotes y levitas, que formaban el partido saduceo. Así pues el mensaje cristiano es un mensaje, eminentemente, fariseo, por más que en el Evangelio de Mateo se intente desacreditar a esta escuela. Dicho Evangelio es el más anti-Pauliano, y es probable que los ataques a los fariseos sean un intento de desacreditar a Pablo y sus seguidores.

Juan Almirall dijo...

Extracto del libro de Mario Saban el judaísmo de Jesús.

"Por lo tanto, podemos concluir que Jesús fue, ceremonialmente, hilelista, porque estableció la importancia superior de la ética del judaísmo sobre el ceremonial (sin embargo, como todo rabino judío continuaba observando el ceremonial). Siempre comprendió que la actitud ética debe situarse en primer lugar, en una posición de privilegio, para, con posterioridad, realizar el ceremonial. No era posible justificarse en términos ceremoniales y constituirse en un violador de los mandamientos éticos (esto está muy claro, por ejemplo, cuando le dicen que sus discípulos no se han lavado las manos y él, de modo magistral, repregunta sobre la ética con relación al mandamiento de honrar a los padres). ¿Qué nos demuestra su posición? Que antes de pensar en cuestiones ceremoniales se debe estudiar y profundizar nuestra ética. Si el ceremonial oculta la ética, nos encontramos por un camino que llega a convertir a la liturgia desprovista de una verdadera espiritualidad. Podemos decir que ciertos tipos de actitudes ceremoniales no solamente escondían una ética determinada, sino que, además, muchas veces se terminaban adoptando posturas antiéticas".
Por otra parte, Jesús fue, éticamente, shamaíta, porque aplicó una ética radical de la Torá, que exigió mucho más que lo que exige las propia Torá, porque todo rabino la posibilidad de exigir mucho más de lo que dice el propio texto de la Torá (Sanedrín 88b). En cambio, Hillel era muy flexible en términos éticos.

Juan Almirall dijo...

Otro párrafo del libro el judaísmo de Jesús de Mario Saban:

Jesús como rabino genial que era, adquirió lo que consideró mejor de cada una de las escuelas del judaísmo y creó lo que podemos denominar una síntesis integradora de ambas escuelas; por lo tanto, en casi todos los aspectos se enfrentó con los dos grandes movimientos fariseos, siendo él mismo un fariseo. Solamente un fariseo como Jesús podía defender tan bien la posición teológica hebrea de la resurrección como lo hizo el rabí Jesús frente a los saduceos.

Pudieron existir muchos rabinos que adoptaran posiciones de síntesis de ambas escuelas. En el caso de Jesús, su exigencia radical de la Torá lo acerca (para algunos autores) a los movimientos esenios. Jesús estudió prácticamente todas las posiciones del judaísmo, conocía la gran mayoría de los debates internos de la interpretación de la Torá del fariseísmo y en ciertos puntos compartía algunas ideas de Qumrán.

Con un conocimiento profundo e impresionante de la Torá, Jesús fue un rabino excepcional para su época. El judaísmo, a lo largo de su historia, tiene la hermosa virtud de crear ciertas personalidades que van más allá de la comprensión de la época, una especie de adelantados históricos: en esta especie entra Jesús, como un rabino que logró una síntesis interpretativa excepcional de la Torá. Su capacidad analítica en los debates, sus repreguntas constantes, su búsqueda del centro ético de la Torá, su desafío permanente al poder corrupto del sacerdocio saduceo en connivencia con el Imperio Romano, sus exigencias de ética radical en su interpretación de la Torá, su idea de la inminente realización de la utopía Judía (la inminencia del Reino), su entrega hasta el martirio por la causa del Dios de Israel, lo sitúan como un héroe del judaísmo.

P.D. Mario Saban es un autor Judío que de manera valiente ha reivindicado a Jesús como uno de los mejores rabinos del pueblo de Israel.

Anónimo dijo...

ah,hola,varias cosas en primer lugar ¡flor de vacaciones se tomaron! segundo : a mi me parece que Jesús si supo conciliar la diversas perspectivas de los pensadores de la época pero al que se le hizo gran matete es a Pablo de Tarso, después de Damasco,que usa un lenguaje helenístico-fariseo para explicar algo que no obtuvo por su práctica del fariseismo,por algo quedó ciego a las "ciencias de este mundo" y tercero ,para que reflexionen ¿saben como llaman algunos sociologos al "conurbano bonaernse" (es el perímetro en torno al area obviamente urbana en la provincia de Buenos Aires-Argentina)?Pues le dicen el dormitorio =cementerio =la "necrópolis" romana allí residen los marginados ¡ que cosa ! ¿no? ¡locas ocurrencias concurrentes! Cariños desde Argentina. Viviana

Juan Almirall Arnal dijo...

Hola Viviana, un saludo, sí ha sido un largo periodo, pero no de vacaciones, ya nos gustaría, ja, ja, ja, gracias una vez más por tus aportaciones. He escrito un artículo breve, sobre las dos fuentes principales del Cristianismo, que tiene algo que ver con tus comentarios.
Adoro Buenos Aires, pero ¿el perímetro es un cementerio real? Los cementerios siempre han acogido a los marginados, el Cristianismo de las catacumbas romanas es un ejemplo, supongo que en el Cristianismo antiguo estaba mucho más presente ese carácter soteriológico del mensaje evangélico.
Saludos,
Juan Almirall