Los latinos tradujeron la palabra griega "noûs" con la palabra "intelectum". Los "noeta" griegos se convirtieron en los "inteligibles" latinos, otra forma de llamar a las ideas platónicas o los universales medievales, y el "noeros logos" la razón intelectiva. De manera que con el título "etapas de introducción del Noûs", queremos hablar de las etapas de introducción del "intelecto", pues no siempre se habló de intelecto, y cuando se habló del tema no se habló siempre de la misma manera.
De entrada hay que apuntar que el Noûs de Anaxágoras, que es el primer gran teórico del intelecto, es una suerte de demiurgo ordenador de la materia del cosmos, un demiurgo al que Platón personaliza y transforma en un Dios creador a imagen de los "noeta", es decir, de los inteligibles. Inteligibles que Platón ordena según una jerarquía, en cuya cúspide se encuentra el trascendental de los trascendentales, la idea de Bien de la "República" o el "Uno" de la doctrina no escrita, y descrita hasta la saciedad por los Neoplatónicos. El Noûs para los filósofos de la antigüedad estaba relacionado con el Cielo: el orden cósmico está ordenado y regido por el Intelecto. Dios, el Creador, es un Intelecto, y el Cosmos es la plasmación de su actividad intelectual. De manera que para un filósofo antiguo, pensar era la misma actividad que mover las esferas celestes, era conectar con la actividad intelectiva de Dios. Precisamente, Aristóteles coloca un motor intelectual en cada una de las esferas planetarias. Y se suponía que la mente divina era más y más refinada a medida que se alejaba de la Tierra, lo que nos mostraría un camino intelectivo por el universo, de esfera en esfera, cada vez más refinado, pues cada una de las esferas representaba un rango superior en la jerarquía de los inteligibles, tal y como lo había expuesto Platón. Estas ideas se perpetúan a lo largo de la Edad Media, hasta aproximadamente el siglo XIII, por lo que podemos decir que, en esencia, el pensamiento medieval es pensamiento antiguo hasta el siglo XIII. Lo que sucede es que los rangos del intelecto celeste se convierten en los rangos de la jerarquía angélica, en una adaptación más o menos forzada de la filosofía del Noûs a partir de las Escrituras, de donde salen nueve rangos de seres angelicales: ángeles, arcángeles, principados, etc. hasta los Querubines y Serafines. Pensar para un medieval, incluso para los filósofos árabes, como Avicena y Averroes, será conectar con los distintos rangos de intelectos angélicos, que son los que aproximan el pensamiento divino a los seres humanos.
Si queremos hablar de etapas de introducción del intelecto, es porque nos resulta evidente que los seres humanos nunca han percibido de la misma manera esa realidad que es el intelecto. En el transcurso del período histórico vemos con mucha claridad que en los primeros rastros de cultura no existe una idea clara de intelecto, como se nos muestra a partir del siglo V - IV a.C., entre los filósofos atenienses. Si bien la literatura litúrgica y mítica de la antiguedad da una cierta importancia a la inteligencia, Ulises, por ejemplo, es un héroe, no porque sea fuerte y poderoso, sino porque es listo; la diosa Atenea, nacida de la cabeza de Zeus, es una diosa inteligente y muy apreciada, patrona de Atenas, una ciudad donde encontramos los principales desarrollos de la filosofía del Noûs. Filosofía que irrumpe de forma un poco brusca en nuestro panorama cultural, por lo que a menudo se habla del paso del mito al logos, un misterio todavía no aclarado en profundidad.
Pero si observamos nuestra forma de pensar, nos daremos cuenta de que pensamos de dos maneras diferentes: con imágenes y con discurso, es decir con mitos y con logos. El llamado período histórico de la humanidad, se mueve entre la forma de pensar imaginativa o fantástica de los antiguos, más próxima a los sueños, y el discurso o logos de los modernos, es decir, el pensamiento con palabras. La filosofía aparece cuando el ser humano comienza a pensar con palabras, cuando comienza a utiliza el noeros logos, la razón intelectiva, al menos cuando empieaza a dejar rastros culturales de que la está usando...
Otro fenómeno que no puede pasar inadvertido al observador del desarrollo cultural, es que el ser humano se mueve entre la expresión de formas de conciencia grupal primitivas a las formas de expresión de un conciencia individual más moderna.
Si observamos estos dos fenómenos en paralelo, a saber, la evolución de una forma de pensar imaginativa mítica a una forma de pensar discursiva racional, y el desarrollo de la conciencia grupal hacia una conciencia individual, no podemos dejar de concluir que las formas de pensar han tenido que influir en el desarrollo de la conciencia individual o viceversa.
De entrada hay que apuntar que el Noûs de Anaxágoras, que es el primer gran teórico del intelecto, es una suerte de demiurgo ordenador de la materia del cosmos, un demiurgo al que Platón personaliza y transforma en un Dios creador a imagen de los "noeta", es decir, de los inteligibles. Inteligibles que Platón ordena según una jerarquía, en cuya cúspide se encuentra el trascendental de los trascendentales, la idea de Bien de la "República" o el "Uno" de la doctrina no escrita, y descrita hasta la saciedad por los Neoplatónicos. El Noûs para los filósofos de la antigüedad estaba relacionado con el Cielo: el orden cósmico está ordenado y regido por el Intelecto. Dios, el Creador, es un Intelecto, y el Cosmos es la plasmación de su actividad intelectual. De manera que para un filósofo antiguo, pensar era la misma actividad que mover las esferas celestes, era conectar con la actividad intelectiva de Dios. Precisamente, Aristóteles coloca un motor intelectual en cada una de las esferas planetarias. Y se suponía que la mente divina era más y más refinada a medida que se alejaba de la Tierra, lo que nos mostraría un camino intelectivo por el universo, de esfera en esfera, cada vez más refinado, pues cada una de las esferas representaba un rango superior en la jerarquía de los inteligibles, tal y como lo había expuesto Platón. Estas ideas se perpetúan a lo largo de la Edad Media, hasta aproximadamente el siglo XIII, por lo que podemos decir que, en esencia, el pensamiento medieval es pensamiento antiguo hasta el siglo XIII. Lo que sucede es que los rangos del intelecto celeste se convierten en los rangos de la jerarquía angélica, en una adaptación más o menos forzada de la filosofía del Noûs a partir de las Escrituras, de donde salen nueve rangos de seres angelicales: ángeles, arcángeles, principados, etc. hasta los Querubines y Serafines. Pensar para un medieval, incluso para los filósofos árabes, como Avicena y Averroes, será conectar con los distintos rangos de intelectos angélicos, que son los que aproximan el pensamiento divino a los seres humanos.
Si queremos hablar de etapas de introducción del intelecto, es porque nos resulta evidente que los seres humanos nunca han percibido de la misma manera esa realidad que es el intelecto. En el transcurso del período histórico vemos con mucha claridad que en los primeros rastros de cultura no existe una idea clara de intelecto, como se nos muestra a partir del siglo V - IV a.C., entre los filósofos atenienses. Si bien la literatura litúrgica y mítica de la antiguedad da una cierta importancia a la inteligencia, Ulises, por ejemplo, es un héroe, no porque sea fuerte y poderoso, sino porque es listo; la diosa Atenea, nacida de la cabeza de Zeus, es una diosa inteligente y muy apreciada, patrona de Atenas, una ciudad donde encontramos los principales desarrollos de la filosofía del Noûs. Filosofía que irrumpe de forma un poco brusca en nuestro panorama cultural, por lo que a menudo se habla del paso del mito al logos, un misterio todavía no aclarado en profundidad.
Pero si observamos nuestra forma de pensar, nos daremos cuenta de que pensamos de dos maneras diferentes: con imágenes y con discurso, es decir con mitos y con logos. El llamado período histórico de la humanidad, se mueve entre la forma de pensar imaginativa o fantástica de los antiguos, más próxima a los sueños, y el discurso o logos de los modernos, es decir, el pensamiento con palabras. La filosofía aparece cuando el ser humano comienza a pensar con palabras, cuando comienza a utiliza el noeros logos, la razón intelectiva, al menos cuando empieaza a dejar rastros culturales de que la está usando...
Otro fenómeno que no puede pasar inadvertido al observador del desarrollo cultural, es que el ser humano se mueve entre la expresión de formas de conciencia grupal primitivas a las formas de expresión de un conciencia individual más moderna.
Si observamos estos dos fenómenos en paralelo, a saber, la evolución de una forma de pensar imaginativa mítica a una forma de pensar discursiva racional, y el desarrollo de la conciencia grupal hacia una conciencia individual, no podemos dejar de concluir que las formas de pensar han tenido que influir en el desarrollo de la conciencia individual o viceversa.
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