domingo, 8 de enero de 2012

FUNDAMENTO PLATÓNICO DE LA TEOLOGÍA MÍSTICA CRISTIANA, por Juan Almirall


"Los ya purificados están perfectamente limpios de toda mancha y libres de la menor desemejanza. Creo que cuantos reciben la iluminación sagrada están llenos de luz divina y levantan los santos ojos del intelecto hasta alcanzar plena capacidad de contemplación. Finalmente, pienso que los perfectos, lejos ya de toda imperfección, deben unirse a quienes contemplan los santos misterios con ciencia perfeccionante." Dionisio Areopagita, La Jerarquía Celeste, III, 165d.

La tradición mística occidental tuvo siempre al Platonismo como fundamento. Los grandes místicos cristianos estuvieron muy influenciados por la obra de Platón, que conocían a fondo y de la que extrajeron gran parte de las ideas en que apoyar su iluminación. Los místicos cristianos fundadores de la teología cristiana y de la teología mística y simbólica escribieron sobre tres etapas del camino místico interior. Sobre esta tres etapas que definían los misterios cristianos habían escrito los padres alejandrinos, Clemente y Orígenes; estas tres etapas también las recoge Gregorio de Nisa y más tarde Dionisio Areopagita: la primera etapa es la vía purgativa (la purificación del alma), la segunda la vía iluminativa (la iluminación del intelecto) y la tercera es la vía unitiva (la unificación con el Uno, con Dios). La tercera vía, la más elevada, que supone la perfecta unión con Dios, está explicada de forma velada y simbólica en el Cantar de los cantares, que "nos encamina místicamente por la senda de lo divino... Entremos en el Santo de los santos, que es el Cantar de los cantares. Por la oración sublime de estas canciones tenemos acceso a los más profundos misterios" (Gregorio de Nisa, Homilías sobre el Cantar de los cantares, I. 1). La tradición sapiencial es recuperada por los místicos cristianos siguiendo el ejemplo de los filósofos de la escuela neoplatónica: como propedéutica tenemos los Proverbios, la vía iluminativa se narra en el Eclesiastés y finalmente, la unión con Dios, el matrimonio místico y sus etapas, se describen en el Cantar de los cantares. De la misma manera Plotino había enseñado que el alma debía purificarse antes de intentar encontrar en sí misma la iluminación del intelecto, el noûs, y una vez iluminada con la contemplación de las formas-ideas, los inteligibles, todavía podía alcanzar la unión con el Uno, el primer principio. La Escuela Neoplatónica Siria de Jámblico de Calcis y la Escuela Neoplatónica de Atenas, de Plutarco, Siriano y Proclo, reconocían tres etapas de aprendizaje del filósofo-teurgo: la obra de Aristóteles, con las Categorías y el Organon al principio, como propedéutica; la obra de Platón, como iluminativa; y los sagrados misterios teúrgicos en los Oráculos Caldeos y los Poemas órficos.

Juan Almirall

1 comentario:

Cristianismo Laico dijo...

El MISTICISMO OCCIDENTAL CRISTIANO: La tradición mística occidental, estuvo siempre influenciada por el Platonismo. Los padres alejandrinos, Clemente y Orígenes fundadores de la teología mística y simbólica, influenciados por la obra de Platón, escribieron sobre tres etapas del camino místico interior. Estas tres etapas que definen los misterios cristianos, también las recogió Gregorio de Niza y más tarde Dionisio Areopagita: La primera etapa es la vía purgativa (la purificación del alma), la segunda la vía iluminativa (la iluminación del intelecto) y la tercera es la vía unitiva (la unificación con el Uno, con Dios). Santa Teresa decía que los místicos cristianos se imaginaban su camino hacia el éxtasis o experiencia de trascendencia como una escalera al cielo que debería remontarse paso a paso. Esta escala de la perfección, tenía tres estados principales; el primero se llamaba la vida purgativa, el segundo la vida iluminativa y el tercero la vida unitiva, que representaba el estado de la perfecta contemplación. La vida purgativa necesita lógicamente una autodisciplina o ascetismo, ya que requiere del aislamiento de las cosas de este mundo para interiorizarse y auscultarse, haciendo un examen de conciencia identificando nuestros defectos o rasgos negativos que son la causa de nuestros pecados, para extinguirlos practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos, hasta lograr el perfil de humanidad perfecta. Al inició de nuestro conocimiento interior, a medida que profundizamos en la oscuridad de los laberintos de la mente, psíquicamente experimentamos vivencias perturbadoras que nos obligan a asirnos fuertemente de la mano de Cristo siguiendo su vida ejemplo y enseñanzas para encontrar la salida. Hay ocasiones en que en nuestra vida cotidiana emerge inesperadamente el fenómeno espiritual de la transformación humana que provoca la extinción del ego viejo o muerte mística, mediante un doloroso proceso psíquico que nos lleva a deambular por la noche oscura donde no paramos de sufrir hasta eliminar todo apego, mordaza, dualismo, que nos impedían liberarnos de los viejos parámetros, creencias o dogmas equivocados que condicionaban nuestra vieja forma de ser. Provocando comportamientos superficiales o automatismos que nos impulsaban sin darnos cuenta al distorsionar la realidad que percibíamos. Impidiendo al ego nuevo renacer de sus cenizas, para dejar de sufrir creciendo espiritualmente hasta alcanzar la quietud de la mente en las turbulencias de la vida o paz interior antesala de la iluminación. Vida iluminativa necesaria para sanar las heridas profundas que emergen a nuestra conciencia, experimentando psíquicamente las vivencias traumáticas que nos acontecieron para poder afrontarlas al conocer la respuesta de la sabiduría interna a nuestros cuestionamientos y problemáticas intensas que nos hacen sufrir. La vida unitiva o éxtasis místico, no sólo es la meta, sino el fruto sagrado de la disciplina remota necesaria para inducir el éxtasis místico, donde a través de nuestro espíritu experimentamos la común unión de todos los seres y todas las cosas existentes en el universo existencial, manifestado e in-manifestado. Intimidad abismal profunda que nos revela el contenido de los arcanos que dan respuesta a nuestros interrogantes existenciales, de la cual emergemos transformados con los rasgos de una personalidad empática integralmente relacionada con nuestro entorno que nos impulsa a servir a los demás al experimentar en carne propia el dolor ajeno sin que podamos evitarlo. El misticismo laico, no esta atado a los dogmas religiosos, y por ello esta abierto al estudio, practicas y experiencias del misticismo universal, sin dejar de ser cristiano. http://www.scribd.com/doc/148809387/CRISTIANISMO-RELIGION-LAICA