domingo, 21 de marzo de 2010

Comentario: "La Llamada de la Rosacruz cuatro siglos de tradición viva"


LA LLAMADA DE LA ROSACRUZ Cuatro siglos de tradición viva, FRANS SMIT, catálogo y folletos de la exposición de la Biblioteca Real Holandesa, Exposición del 11 de diciembre de 1998 hasta 19 de febrero de 1999 (De roep van het Rozenkruis. Vier eeuwen levende traditie), publicado en España por la Fundación Rosacruz y el Lectorium Rosicrucianum, Zaragoza, 2001.

En este librito se recoge la historia del movimiento esotérico, que constituye la tradición espiritual y mística de Occidente, de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX. Una tradición que tiene una fuerte influencia de la Llamada de la Rosacruz, la Fama Fraternitatis, del siglo XVII, y que lejos de constituir una tradición clara y uniforme, con un tronco común, nos muestra una realidad muy distinta: el esoterismo occidental es una criatura más de cada momento histórico, por lo que experimentó los mismos cambios y transformaciones que otros fenómenos de nuestra cultura. En definitiva, el esoterismo es un elemento cultural más, conectado con la ciencia, las artes e incluso con la política.

El movimiento esotérico en el SIGLO XVII está fuertemente influenciado por los MANIFIESTOS ROSACRUCES. La "llamada de la Fraternidad" apareció en la forma de tres escritos: La Fama Fraternitatis, la Confessio y las Bodas Alquímicas de Christian Rosacruz, publicadas en Kassel (Alemania) y Estrasburgo, entre los años 1614 y 1616. Se trataba de una fábula de su tiempo, creada por un grupo de jóvenes estudiantes de teología de la Universidad de Tubingen, que formaban un círculo espiritual en torno a un teósofo y alquimista llamado Tobias Hess. De este grupo destacó Johann Valetin Andreae, quien se supone fue el autor material de los MANIFIESTOS, y que luego tendría un papel muy importante en la Corte de Wurtemberg.

Los MANIFIESTOS despertaron la imaginación de los científicos y eruditos de Europa, que comenzaron a soñar con una sociedad de filósofos y científicos, consagrados completamente a desentrañar los misterios de la naturaleza y de la divinidad. "La gigantesca perturbación quizás se puede mostrar mejor con simples números: 400 reacciones impresas en los primeros 10 años después de la publicación, aproximadamente 1.700 en los siglos XVII y XVIII. El tono bastante radical de los Manifiestos también contribuyó a la conmoción: propugnar un cambio completo de la religión, la ciencia y la política era algo totalmente nuevo." Estas reacciones no fueron solamente de apoyo a la reforma, sino también de intransigente rechazo. Lo cierto es que el movimiento esotérico europeo del siglo XVII está fuertemente influenciado por estos Manifiestos, y si bien no existe constancia de que se formara en este siglo ninguna Orden Rosacruz, si que aparecieron algunas sociedades tanto de científicos como de místicos, que intentaban realizar el ideal Rosacruz, ejemplos de ello fueron la Sociedad Macaria de Comenius o el Colegio Invisible de Londres, que más tarde se convertiría en la Real Sociedad, máxima institución científica británica.

El SIGLO XVIII está marcado por la Ilustración y su movimiento esotérico por excelencia: la Francmasonería. En el mundo masónico existe un tronco común, del cual surgieron innumerables grupos: la Gran Logia de Londres, fundada en el año 1717. Su vocación: transformar a los seres humanos y a la sociedad, gracias a las luces ilustradas de la Razón. La Francmasonería será un canal esencial para la circulación de las ideas de reforma de la Ilustración. Pero también será un canal fundamental para el desarrollo del movimiento esotérico, que en esta época se podría tildar de ILUMINISTA. De hecho es en este siglo en el que aparece por primera vez una ORDEN ROSACRUZ, la llamada Fraternidad de la Orden de la Cruz de Oro y Rosas, o más comumente: los Rosacruces de Oro, fundada en 1710 por Samuel Richter, que se hacía llamar Sincerus Renatus (el renacido sincero). Estos rosacruces tenían un marcado interés por la Alquimia, de manera que el término rosacruz se convirtió prácticamente en sinónimo de alquimista. Algunos otros grupos de francmasones interesados por la alquimia formaron grupos y sociedades rosacruces. Lo que finalmente se materializó en una serie de ritos masónicos inspirados en la Rosacruz, que hoy se encuentran en el Capítulo Rosacruz, que comprende los grados 17º y 18º, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Del siglo XVIII hay que destacar la fundación en el año 1766 de la llamada "Orden de los Caballeros Elegidos Coën", en cuya cúspide se encontraban los "Réau-Croix", sus ritos estaban integrados en la Masonería Capitular Escocesa, denominada Estricta Observancia. Su fundador Martines de Pasqually, era un teósofo y taumaturgo, interesado por la cábala, más que por la alquimia. Otros teósofos de este siglo fueron Louis-Claude de Saint-Martin y Emmanuel Swedenborg.

El SIGLO XIX aporta al movimiento esotérico un fuerte componente romántico. El gusto por lo exótico y lo misterioso crean lo que se llamará en términos generales el OCULTISMO, el interés por lo oculto, lo desconocido. Sin embargo, todavía influenciado por el espíritu de la Francmasonería, el OCULTISMO se interesa por la MAGIA y los RITUALES arcanos. Una de las principales figuras de esta época fue ELIPHAS LEVI (Alphonse Louis Constant 1810-1875), que dejó gran cantidad de obras escritas sobre magia ceremonial. Robert Wentworth Little funda la Societas Rosicruciana in Anglia (SRIA), que solo admitía maestros masones, Little se hacía llamar Magus. De la SRIA surgió en 1888 la Golden Dawn (Aurora Dorada), que tuvo como maestro a McGregor Mathers, y por la que desfilaron personajes como Aleister Crowley, el poeta irlandés William Butler Yeats o Bram Stocker (autor de la novela Drácula). Lo determinante fue la búsqueda de lo oculto y de la sabiduría arcana, en su forma de magia ceremonial.


En Francia tuvo lugar la llamada guerra de las rosas entre dos eruditos personajes y sus respectivas órdenes rosacruces: Stanislas de Guaïta, fundador de la Orden Kabalística de la Rosacruz, y Joséphin Péladan, un artísta y místico católico, que fundó la Orden de la Rosa Cruz Católica y Estética, muy conocida porque fue la promotora de los famosos Salones Rosa Cruces, que en 1893 presentaban obras de algunos pintores, entre los que se encontraba Delacroix, el movimiento rosacruz estético de Péladan, también inspiró los Conciertos Rosacruces de Eric Satie. El estilo ocultista y ceremonial del siglo XIX continúa en el siglo siguiente, sobre todo, gracias a la Orden Rosacruz AMORC (Antigua y Mística Orden Rosa Cruz), fundada en torno al año 1909 por el Dr. Harvey Spencer Lewis, quien creó un Parque Rosacruz, en San José de California, decorado al estilo del antiguo Egipto.


El movimiento romántico coincide con la expansión colonial de los europeos, lo que alimentó el interés por lo exótico. La llegada a India, en particular, permitió que el movimiento esotérico se nutriera de ciertas doctrinas orientales, como eran la doctrina sobre el karma y la reencarnación. Los finales del siglo XIX y en general el SIGLO XX, se encuentran influenciados por el orientalismo, traído de la mano de Madame Blavatsky, una aventurera rusa, que fundó a finales del siglo XIX la Sociedad Teosófica, en Nueva York, y que escribió dos importantes obras: Isis sin velo, y sobre todo, La Doctrina Secreta. El movimiento esotérico se nutriría de las ideas e interpretaciones orientalistas de Blavatsky.
Y es precisamente en el seno de la Sociedad Teosófica donde aparece una nueva línea de pensadores rosacruces, que tiene como primera figura al impresionante Dr. Rudolf Steiner, fundador de la Sociedad Antroposófica. La monumental obra de Steiner está llena de referencias rosicrucianas, que combina magistralmente con el orientalismo teosófico. Fruto del contacto con Steiner, surgirá en 1909 la Fraternidad Rosacruz fundada por Max Heindel en Oceanside, California. Max Heindel escribió El concepto Rosacruz del cosmos, una obra que no dejan de estudiar y enseñar los miembros de la Fraternidad Rosacruz.
Y finalmente, tras la II Guerra Mundial, se funda en Holanda, el LECTORIUM ROSICRUCIANUM, por parte de algunos estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel. La nota diferencial de esta nueva comunidad religiosa, es su clara vuelta al espíritu inicial de los MANIFIESTOS ROSACRUCES, la idea de la transmutación alquímica del espíritu humano, en el interior de la Morada del Espíritu Santo, inspirarán a este movimiento, que incluirá de forma natural las ideas orientales del karma y la reencarnación.

Juan Almirall