Mostrando entradas con la etiqueta Iglesia Ortodoxa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Iglesia Ortodoxa. Mostrar todas las entradas

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA LENGUA SAGRADA DEL CRISTIANISMO, por Juan Almirall

Todas las religiones tienen una lengua sagrada: el Judaísmo tiene el hebreo, el Islam el árabe, el Hinduísmo el sánscrito... Una lengua sagrada es una lengua divina, por medio de la cual Dios habla a los hombres, y todas estas religiones tienen sus libros sagrados escritos en esa misma lengua sagrada. La pregunta pues que corresponde hacernos como cristianos, es ¿cuál es nuestra lengua sagrada, con qué lengua habló Dios a los hombres y les dio su mensaje? Ni el latín, ni el hebreo o el arameo son las lenguas del Cristianismo, sino el griego!!! La revelación cristiana se denomina Evangelio (Eu-angelios, palabra griega que significa el buen mensaje), y da testimonio del Logos (la Palabra, en griego) de Dios Padre, y del espíritu del Cristo (Jristos, que significa el ungido o el rey). Mucho se ha especulado sobre la lengua original de Jesús, si el hebreo o el arameo, pero lo cierto es que fue llamado Cristo, es decir, llevaba un título griego y no hebreo. Pues el Cristianismo nace con una vocación universal, el Evangelio no es para unos pocos, no es para un pueblo escogido, sino para toda la humanidad, que en el Imperio oriental hablaba el griego.
Kaì hê alêtheia eleutherôsei hymâs (y la verdad os hará libres, Jn. 8, 32). ¿Libres de qué o de quién? Jesucristo dijo estas palabras en el Templo de Jerusalén a los judíos que allí se reunían para escuchar la Ley y los Profetas, y asistir a las ceremonias sacerdotales que se celebraban. Este mensaje resonó por todo el mundo, y fue recogido en griego por las divinas escrituras. Ciertamente, el griego era la lengua oriental del Imperio Romano, donde se encontraba Palestina, sin embargo, en el Evangelio de Juan hay una intención que va más allá del uso de una lengua popular: se utiliza la lengua de los filósofos.
Juan comienza su Evangelio con estas palabras: "En arjê ên ho lógos", en el "principio" (arjê) estaba el lógos (la palabra-razón). Ambas palabras son de una gran trascendencia en el vocabulario filosófico: el arjê es una constante en toda la Filosofía, de hecho la Filosofía nace como una respuesta a la pregunta por el arjê. Tales de Mileto pensó que el principio era el agua, otros filósofos pensaron que fueron otras cosas: el aire, el aperion (lo indeterminado), etc. Y el primer filósofo que da un salto hacia la racionalidad del mundo es Heráclito, cuando concibe en el origen al lógos. El lógos de Heráclito, una especie de orden sustancial del mundo, será el principio rector de todas las cosas para la Escuela de los Estoicos. El estoicismo influyó enormemente en la escuela de rabinos o maestros judíos por excelencia: los fariseos. Y en época de Juan el Evangelista, vemos surgir una corriente ecléctica de pensamiento, que conjuga conceptos platónicos, aristotélicos y estoicos. Filón de Alejandría será un gran filósofo y teólogo judío, que se adhiere a este pensamiento ecléctico.
Los distintos textos que conforman la revelación cristiana, el Evangelio, se escribieron en griego, a partir de unos treinta años aproximadamente, tras la muerte de Jesús. Se trata de una revelación cargada de gnosis (conocimiento), que aspira a mostrar la verdad, a amar la Sabiduría, sophia, divina, es una revelación filo Sophia, que muestra un Dios transcendente, por medio del lógos (la palabra, pero también la razón). "La Verdad, revelada por la gnosis del Espíritu de la Sabiduría os hará libres de la esclavitud del pecado de la ignorancia, la ignorancia de la Sabiduría Divina", así podríamos traducir la expresión de Jn 8,32.
Las circunstancias de la historia llevaron al Cristianismo a convertirse, además, en la religión oficial del Imperio, cuya capital ya no se encontraba en Roma, sino en Constantinopla. Son los emperadores de Constantinopla los que dan al Cristianismo el rango de religión oficial del Imperio. Y en Constantinopla no se hablaba latín, sino griego. El Emperador será el cabeza de la Iglesia y del Imperio Cristiano. Y la Iglesia estará organizada en obispados, dependientes de una metrópolis (o capital), gobernada por un obispo metropolitano o patriarca. En el siglo V la Iglesia tendrá cinco grandes Patriarcas: el más importante el Patriarca de Constantinopla, que hablaba griego, el Papa romano, el Patriarca de Jerusalén, que también hablaba griego y los dos Patriarcas de las metrópolis helenísticas más importantes: Alejandría y Antioquía, griegos también.
Pero como decimos, los avatares de la historia hicieron que los patriarcados fueran absorbidos por los Imperios Árabe y Otomano, de manera que el poder de los cuatro Patriarcas fue desapareciendo, al mismo tiempo que el poder del Patriarcado Romano resurgía en el nuevo Imperio Carolingio.
A continuación, se muestra un vídeo del discurso en griego del actual Patriarca Ecuménico de Constantinopla, S.S. Bartolomé I, en su sede patriarcal de Estambul, donde todavía conserva el griego como lengua litúrgica y explicando al actual Papa de Roma, S.S. Benedicto XVI, la importancia de la liturgia ortodoxa (que es en griego y cantada!!).


lunes, 13 de diciembre de 2010

Relaciones entre filosofía griega y cristianismo antiguo

Queremos publicar en este post una pequeña muestra, una pequeña aportación de las muchas posibles, que consideramos, no obstante, de interés para el estudio comparativo de la filosofía neoplatónica y el cristianismo. Se trata de un fragmento del tratado de Porfirio “Sobre el precepto: conócete a ti mismo”, extractos I y IV conservado por Estobeo en su Florilegium y otro de una homilía de Basilio el Grande del mismo título.

“Como descendiendo aquí abajo somos revestidos con el hombre exterior y que caemos en el error de creer que lo que vemos de nosotros somos nosotros mismos, el precepto conócete a ti mismo viene a propósito para dar a conocer qué facultades constituyen nuestra esencia… Platón tiene razón al recomendarnos en el Filebo que nos separemos de lo que nos rodea y nos es ajeno, a fin de conocernos a nosotros mismos a fondo, para saberlo que es el hombre inmortal y lo que es el hombre exterior, imagen del primero, y aquello que pertenece a cada uno de ellos. Al hombre interior pertenece la inteligencia perfecta, la cual constituye el hombre mismo, del cual somos la imagen. Al hombre exterior pertenece el cuerpo con los bienes que le conciernen. Es necesario conocer cuáles son las facultades propias de cada uno de estos dos hombres y qué cuidados conviene dedicar a cada uno de ellos, para no preferir la parte mortal y terrestre a la parte inmortal y volverse así objeto de risa y piedad en la tragedia y la comedia de esta vida sin sentido; enfin, para no conceder a la parte inmortal la bajeza de la parte mortal y venir a ser miserables e injustos por ignorancia de aquello que debemos a cada una de estas dos partes”

A continuación el texto de Basilio de Cesarea:

“Examina quién eres y conoce tu naturaleza. Sabe que tu cuerpo es mortal y tu alma inmortal; sabe también que hay en nosotros dos vidas, la una propia al cuerpo y pasajera, la otra esencial al alma y sin límite. Obsérvate tú mismo, es decir, no te unas a las cosas mortales como si fuesen inmortales, y no desprecies las cosas eternas como si fuesen perecederas. Desdeña la carne: pues es perecedera. Ayuda a tu alma: pues es inmortal. Obsérvate con la mayor atención con el fin de conceder a la carne y al alma lo que conviene a cada una de ellas: a la carne el alimento y el vestido, al alma los principios de piedad, de dulces costumbres, la práctica de la virtud y la represión de las pasiones.”

Saludos cordiales de Jesús Rodríguez

domingo, 19 de abril de 2009

SOFIA, LA HERMANA DIVINA DEL LOGOS

El emperador Justiniano mandó construir una imponente catedral en Constantinopla, en el año 532, que fue finalizada cinco años más tarde. Cuando el Augusto la vio, dijo: “Salomón, te he superado”. La basílica más grande y hermosa de la Cristiandad estaba dedicada a Santa Sofía, Hagia Sophia. Para la Iglesia latina Sophia, la Sabiduría, no merece ningún templo, y menos la basílica más grande e importante, no así, para la Iglesia Oriental. ¿Cuál es la razón por la que el templo más grande e importante, en la capital del Imperio Bizantino, se levanta en honor y para rendir culto a la Sabiduría, un personaje totalmente ajeno a la Iglesia latina? El Cristianismo oriental todavía rinde culto a Santa Sophia, y para ellos se trata de un personaje tan importante como el Logos, el Cristo, el Hijo de Dios Padre. El origen de esta tradición se encuentra en Filón de Alejandría, el sabio y filósofo judío, fundador de la teología alegórica, que más tarde incorporaron al Cristianismo, Orígenes y sus Escuelas, la de Alejandría y la de Cesarea.

Santa Sofía es el Espíritu Santo, la naturaleza femenina de la Santísima Trinidad. Dios Padre, el Noûs o Intelecto, eterno e insondable, se desdobla en dos: Sophia y el Logos. La primera, permanece como pura naturaleza divina, como la expresión inteligible y pensamiento de Dios, el Padre; el Logos, es su Hijo, el Demiurgo, el creador y ordenador del cosmos, pues Él es la Palabra, la manifestación y revelación del Pensamiento de Dios. En Sophia la Verdad divina permanece inmanifestada, y toma la forma de la Gracia directa del Padre, se trata de un pneuma divino, cuyo contacto directo, es contacto con el mismo fuego de Dios, tal como se expresan sus pensamientos. El hombre no puede recibir el fuego divino directamente, si no se ha purificado, si no se ha bautizado (sumergido) en el agua de la purificación, y después ha seguido el camino y las enseñanzas que son reveladas por el Logos. Solo entonces, después de haber sido purificado gracias al Hijo, el puro puede recibir el fuego del Espíritu. El Espíritu Santo, Sophia, unge y nos hace verdaderos cristianos, verdaderos ungidos.

Filón de Alejandría hereda toda la tradición veterotestamentaria sobre la Sabiduría, de los Libros Sapienciales tan importantes para el Judaísmo de la época helenística, en la que muchos de ellos fueron escritos. Sophia es considera, por tanto, una de las potencias de Dios, del primer principio, la mónada o el Noûs, que es anterior al Logos: “Moisés llama Edén a la Sabiduría del Ser. El Logos desciende, como de una fuente, de esta Sabiduría a la manera de un río…” (Sobre los sueños, II, 242). En Filón Sophia es preeminente al Logos, que desciende de ella.

Orígenes recoge la distinción entre Sabiduría y Logos, pero a diferencia de Filón, los identifica completamente, como dos aspectos de la naturaleza del Hijo, el Hijo es la Sabiduría misma de Dios, que estaba con Dios desde el principio, y también es el Logos, por el cual toda cosa fue creada. Sin embargo, en el “Tratado sobre los Principios”, no encontramos bien resuelta la tercera hipóstasis de la Trinidad divina, habla del Espíritu Santo siempre por referencias a los textos, que testimonian de su existencia, y de su importancia. Orígenes se decanta por el Hijo, a la hora de expresar la importancia de éste, del Hijo recibimos la Sabiduría, del Espíritu Santo, el hombre se hace santo y espiritual.

Del Antiguo Testamento y sus Libros Sapienciales procedía la Sophia, y del Evangelio de Juan, influido por la filosofía estoica, el Logos que se vuelve inmanente, y que gobierna el mundo. De la filosofía platónica y el gnosticismo estos principios encuentran su origen trascendente, como eones o ideas, habitantes del Pleroma (la plenitud), que es el universo trascendente de los gnósticos, donde se encuentra el primer principio, la mónada hermafrodita y del que surgen los eones. De la aplicación de la filosofía platónico-pitagórica a estos conceptos judeocristianos, resulta la teología gnóstica, que intenta resolver el problema del Uno y lo múltiple (la Díada platónica), pero en el propio cielo pleromático: Abismo, es el primer padre origen de todo, de él surgen otros dos principios: Pensamiento y Silencio, los tres grandes, que engendran, sin pasión, a Intelecto y Verdad, que engendran a su vez a una Tétrada: Logos y Vida, y Hombre y Ekklesia, de estos últimos proceden doce nuevos eones, seis masculinos y seis femeninos, de los cuales, el último, femenino, es Sophia. Por tanto, para el gnosticismo Sophia es posterior al Logos, y además es la causante del mal, pues ella quiso conocer al Padre antes de tiempo, y de su deseo surgió la materia, esta materia es expulsada del Pleroma, y delimitada. Allí es donde irá a caer Sophia, el Alma del Mundo, que vendrá a ser redimida y devuelta al Pleroma, gracias a nueve cantos de arrepentimiento. La Cruz simbolizará el límite entre el Pleroma, la plenitud divina, y el mundo formado a partir de la materia de deseo. Dos Sophias quedarán separadas por la Cruz-Límite: Sophia, la pareja celeste del Cristo, que se une a él en la Cámara Nupcial que se encuentra en el centro de la Cruz, y Sophia Prounico, madre de los vivos y la Jerusalén Celeste, también llamada Ogdóada (es decir el Cosmos de las Esferas Celestes) y Espíritu Santo, que tiene por pareja a Jesús.

El Maniqueísmo hereda la teología mítica de los gnósticos, pero con una versión propia, dualista en cuanto a principios, donde Sophia es la pareja del Hombre Primordial, emanaciones ambas de la Luz, cuya misión es la de entablar combate contra las Tinieblas, por medio del auto sacrificio, a fin de producir la mezcla, que debe terminar con la redención de éstas. El Hombre Primordial aparece acompañado de la Madre de la Vida, ambas hipóstasis del Dios Padre de la Grandeza, estos dos principios se despliegan en una tétrada, formando así la Péntada del Pleroma maniqueo: Noûs y la Madre de la Vida, que constituyen el elemento Luz, Paternidad y Ennoia, que constituyen el elemento Viento, Luz y Reflexión que son Agua, Fuerza e Intención Arie, y Sophia y Logos, que forman el elemento pneumático, el Aire. Así en la cosmovisión maniquea, el Espíritu tiene la forma de estad dos hipóstasis: Sophia y Logos.

La Sophia pagana estaba relacionada con Pronoia, la Providencia divina, que es la acción del Noûs, como motor de las esferas celestiales, en particular la octava esfera de las estrellas fijas, frente a la heimarméne o destino, que regían los siete planetas, y que decidían la suerte de todo lo corporal y las pasiones anímicas. En definitiva, todo ello está ligado al eje celeste, el “axis mundi”, que es el que permite el movimiento traslacional de las esferas, un eje que sustenta todo el engranaje, al igual que la columna vertebral del ser humano. Este es el aspecto femenino de la divinidad, que en las tradiciones orientales es denominado Kundalini. Y este carácter de eje central, une a Sophia con la Jerusalén Celeste, que desciende de los cielos por su eje, y se asienta en las antípodas del Purgatorio, y por tanto, es el Espíritu Santo misterioso, la morada que el Cristo ha preparado a sus fieles, y que es la Novia celestial.

El mito de Logos y Sophia, que tiene fuerza, sobre todo, en las Iglesias Gnósticas y Maniqueas, así como en la Iglesia Oriental ortodoxa, también se plasma, en las Iglesias más esotéricas, en la relación de Jesús con María Magdalena, que aparece como la discípula más próxima y receptora de la Sabiduría secreta del Logos, en el Evangelio de María. Aparece igualmente como amante de Jesús, en el Evangelio de Felipe, y como la discípula favorita junto a Juan, en la Pistis Sophia. En Lucas 8: 2 aparece María Magdalena: “y algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios (daimónia)”, si se piensa que siete son las esferas planetarias y siete sus arcontes o rectores, y estos constituyen la Heimarméne, Magdalena puede ser perfectamente una mujer curada del Destino, del condicionamiento astral, de las pasiones del alma, es decir, una alma purificada, que luego es capaz de escuchar y comprender las doctrinas del Logos, tal como la presenta el Evangelio de María, o el mismo Evangelio de Lucas 10: 39. En cualquier caso, María aparece como una personificación de la Sophia espiritual, al igual que aquella Helena, compañera de Simón el Mago, que había sido rescatada de los prostíbulos, y regenerada en el Pensamiento divino, o la divina Sophia. Se trata del mito gnóstico de la caída del eón Sophia en la materia, y como los arcontes y seres malignos abusan de ella, y la mantienen prisionera en la materia o el caos. Sophia es también el Alma del Cosmos, igualmente, unida a la materia, pero conservando su divinidad, y en definitiva expresa la tragedia de todas las almas particulares, atadas por violencia a la materia. Justino en su Apología I, 64, habla del primer pensamiento divino, o el Espíritu divino que se movía sobre las aguas, al que los gentiles, dice Justino, llamaron Proserpina (es decir, la diosa infernal Perséfone), hija de Júpiter – Zeus, o como sabiduría es llamada Minerva, o Atenea, la diosa nacida de la cabeza de Zeus, sin coito. En cualquier forma, Atenea era representada por serpientes, como el modelo oriental de Kundalini, y Perséfone o Coré, que a veces aparece identificada como Atenea Coré, era la diosa iniciadora, la que permitía al alma escapar del mundo de las sombras y dirigirse a la morada de los bienaventurados. Por tanto, aquí Sophia o la divinidad femenina tiene un papel incuestionable como iniciadora en los Misterios soteriológicos.

En definitiva, estamos ante el misterio de la divinidad femenina, al que el primer Cristianismo, y todavía hoy, el Cristianismo oriental, no es del todo ajeno, pues honra a dicho principio como Sophia, en la forma hipostática del Espíritu Santo. No es extraño pues, que la Iglesia Ortodoxa considerase herética la doctrina de la Filioque, que adoptó la Iglesia Latina, y que consistía en que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Para la Iglesia Oriental, que ve a Sophia, el Espíritu divino, como el gran misterio no revelado, el aspecto femenino que otorga la curación y espiritualiza la forma, procede del Padre, únicamente, es algo así como la pareja del Logos, el que enseña el camino hacia el Padre. Es la Mónada divina andrógina, que se desdobla y revela por medio del Logos y Sophia, el Hijo y el Espíritu Santo, lo masculino y lo femenino, sin que haya una preeminencia de uno sobre la otra. Así el misterio de la Eucaristía tiene los dos elementos, la acción del Logos se produce por la palabra, la enseñanza, del “Prefacio”, y la acción del Espíritu Santo por la “Epíclesis” o consagración, que consiste en una invocación del Espíritu Santo. Es la acción de ambos lo que permite siempre la manifestación de lo divino, la acción del Logos y Sophia, que están igualmente valorados en las Iglesias Orientales, donde el misterio se conserva con toda su carga mágica y mística, en rituales arcanos, con el griego como lengua santa de transmisión, tanto de la enseñanza, como del Espíritu.

Juan Almirall

martes, 17 de febrero de 2009

CRONOLOGIA DE LA IGLESIA BIZANTINA, DESDE LA FUNDACIÓN DE CONSTANTINOPLA HASTA LA INVASIÓN DE LOS TURCOS


Constantinopla se fundó en el año 330 por el Emperador Constantino I el Grande, fue la sede del Emperador en Oriente, considerada la Nova Roma. El Obispo de Constantinopla tuvo una gran influencia en la marcha de la Gran Iglesia Imperial, Juan IV Nesteutes se proclamó Patriarca Ecuménico, el Papa de Oriente, que dominó las Iglesias Orientales. Las relaciones con Roma fueron tensas, y se produjeron varios Cismas a lo largo de la historia, hasta la separación definitiva, en 1054. A continuación ofrecemos una cronología de Emperadores y Patriarcas, así como de algunos acontecimientos relevantes en la Historia de Bizancio, centrados sobre todo, en las herejías orientales, como el Arrianismo, Nestorianismo, Monofisismo, Paulicianismo o Bogomilismo.

SIGLO IV: LA CONTROVERSIA ARRIANA.

EMPERADORES:
Dinastía constantiniana (324-363)
Constantino I el Grande (272 - 337, emperador de 306 a 337), funda Constantinopla en el año 330. En el año 325 tiene lugar el Primer Concilio Ecuménico en Nicea, contra las tesis de Arrio (256-336).
Constancio II (317 - 361, emperador de 337 a 361) - hijo de Constantino I. Apoyó al Arrianismo, promueve los Sínodos de Rímini y Seleucia en 359, propone una salida intermedia: la fórmula “homeousion” (esencias semejantes).
Juliano el Apóstata (331 - 363, emperador de 361 a 363) - yerno de Constantino I, cuñado y primo de Constancio II, nieto de Constancio I. Intentó restaurar el Paganismo, era un filósofo Neoplatónico.
No dinástico o «Dinastía joviana» (363-364)
Joviano (332 - 364, emperador de 363 a 364) - soldado de Juliano
Dinastía valentiniana (364-379)
Valente (328-378, emperador de 364 a 378) - hermano del Emperador de Occidente Valentiniano I. Valente fue arriano.
Dinastía teodosiana (379-457)
Teodosio I el Grande (346-395, emperador de 379 a 395) - casado con una sobrina de Valente. Teodosio era español y ortodoxo, su Edicto de Tesalónica en el 380, declara el Imperio Cristiano. Vuelve al niceanismo, en el Segundo Concilio Ecuménico I Constantinopla, en el 381, se fija el símbolo niceano-constantinopolitano, condena a los herejes macedonios, apolinaristas y anomeos, condena final al Arrianismo, fin de la disputa.
Arcadio (377-408, emperador de 395 a 408) - hijo de Teodosio I.

PATRIARCAS:
315-327 Metrófanes
327-340 Alejandro
340-341 Paulo I
341-342 Eusebio de Nicomedia, subordinacionista y origenista, protegió a los Arrianos. Enemigo declarado del Atanasio de Alejandría.
342-344 Paulo I (2da vez)
342-346 Macedonio I, obispo niceano depuesto por los arrianos.
346-350 Paulo I (3ra vez)
350-360 Macedonio I (2da vez)
360-369 Eudoxio de Antioquía, arriano homeusiano.
369-379 Demófilo
369-370 Evagrio
379-380 Gregorio I Nacianceno (330-390), propuesto por Teodosio pero se retira pronto a un monasterio.
381 Máximo I el Cínico, fue depuesto y declarada inválida su ordenación.
381-397 Nectario
398-404 Juan I Crisóstomo, gran teólogo de la Escuela de Antioquia.

SIGLO V: LA CONTROVERSIA NESTORIANA Y MONOFISISTA, PRIMER CISMA.

EMPERADORES:
Teodosio II (401-450, emperador de 408 a 450) - hijo de Arcadio.
Marciano (392-457, emperador de 450 a 457) - yerno de Arcadio, cuñado de Teodosio II. Casado con la Emperatriz Pulqueria, el emperador era ortodoxo y fiel al Papa, y la emperatriz, muy piadosa, protectora de Dióscoro de Alejandría y el monje Eutiques frente al Papa romano y al Patriarca de Constantinopla Flaviano. El emperador Marciano y la emperatriz Pulqueria presiden el importante Concilio de Calcedonia, que dividió a la Cristiandad.
Dinastía tracia (457-518)
León I el Grande (401-474, emperador de 457 a 474).
León II (467-474, emperador en 474) - nieto de León I.
Zenón I Tarasio (425-491, emperador de 474 a 491) - yerno de León I, primer esposo de Ariadne, padre de León II. En el 480 expulsa a los Nestorianos del Imperio Bizantino.
Basilisco (emperador de 475 a 476) – Usurpador rival, cuñado de León I. Era Monofisista. En el año 476 se produce la caída del Imperio Romano de Occidente.
Anastasio I Isáurico (430-518, emperador de 491 a 518) - yerno de León I, segundo esposo de Ariadne. También era Monofisista, rompe con Roma, protege al Patriarca Acacio.

PATRIARCAS:
404-405 Arsacio
406-425 Atico
426-427 Sisinio I
428-431 Nestorio, fue llamado a Constantinopla por el emperador Teodosio II. Fue depuesto por el tercer Concilio Ecuménico de Éfeso, año 431, promovido por Cirilo de Alejandría (412-444), declaran herética la doctrina que niega que la Virgen sea theotokos, el Nestorianismo.
431-434 Maximiano
434-446 Proclo
446-449 Flaviano, 449 se celebra el Concilio II Éfeso, presidido por Dióscoro de Alejandría, fue declarado por el Papa “latrocinium”, se aprueba el Tomo a Flaviano un texto que definirá la ortodoxia posterior.
449-458 Anatolio, se celebra en el 451 el Cuarto Concilio Ecuménico en Calcedonia, donde se definirá definitivamente la ortodoxia, declara heréticas las tesis de Eutiques y Dióscoro, la teología Monofisista. Tras el Concilio de Calcedonia la Iglesia quedó dividida en dos: Calcedonianos y Monofisistas.
458-471 Genadio I
472-488 Acacio, Patriarca Monofisista, es excomulgado por Felix III calcedoniano y pretende deponerle. El Emperador Anastasio le protege, y se produce el Primer Cisma, llamado Cisma acaciano.
488-489 Fravitas
489-495 Eufemio
495-511 Macedonio II

SIGLO VI: FINAL DE LA DISPUTA MONOFISISTA, LA ÉPOCA DE JUSTINIANO.

EMPERADORES:
Dinastía justiniana (518-602)
Justino I el Grande (450-527, emperador de 518 a 527). Pone fin a la polémica cismática con Roma, en el 518. Asumen el credo Calcedoniense y persigue a los Monosfisitas en el Imperio, menos en Alejandría.
Justiniano I el Grande (482-565, emperador de 527 a 565) - sobrino de Justino I. En el 529 decreta la prohibición de enseñar a los paganos y cierra la Academia Neoplatónica de Atenas, época de erradicación del paganismo. En el año 543 condena el Origenismo. Dicta leyes contra maniqueos. En el 553 se celebra el Quinto Concilio Ecuménico II de Constantinopla, condena definitiva al Monofisismo, presidido por el Patriarca Eutiquio.
Justino II (520-578, emperador de 565 a 578) - sobrino de Justiniano I
Tiberio II Constantino (540-582, emperador de 578 a 582) - suegro de un sobrino nieto de Justino I, adoptado por Justino II en 574
Mauricio Tiberio (539-602, emperador de 582 a 602) - yerno de Tiberio II

PATRIARCAS:
511-518 Timoteo I
518-520 Juan II de Capadocia
520-535 Epifanio
535-536 Antimo I
536-553 Menas
552-565 Eutiquio, se enfrentó al emperador Justiniano, que en sus últimos días había caído en una herejía docetista y monofisista, intentó que el Patriarca y el pueblo le siguieran.
565-577 Juan III Escolástico
577-582 Eutiquio (2da vez)
582-595 Juan IV Nesteutes (el ayunador), utiliza el título de Patriarca Ecuménico, lo que provocó la reacción de Roma
596-606 Ciriaco

SIGLO VII: CONTROVERSIA MONOTELISTA Y APARICIÓN DEL PAULICIANISMO.

EMPERADORES:
No dinástico o «Dinastía de Focas»
Focas el Tirano (?-610, emperador de 602 a 610) - derrocó a Mauricio. La mayoría de las provincias orientales del Imperio son monofisistas, los emperadores calcedonianos.
Dinastía heracliana (610-711)
Heraclio (575-641, emperador de 610 a 641), invasiones persas y pérdida de territorios. En el 634 comienzan las invasiones árabes, en el 642 Bizancio ha perdido todas las provincias orientales: Siria con Antioquia, Palestina con Jerusalén y Egipto con Alejandría. Heraclio intenta reconciliar a los calcedonianos con los monofisistas, y para ello busca una fórmula intermedia: la monoenergía (una sola actividad en Cristo), que termina con la formula monotelista (una única voluntad en Cristo), ni calcedonianos ni monofisitas aceptaron ninguna de las dos fórmulas.
Constantino III Heraclio (612-641, emperador en 641) - hijo de Heraclio
Heracleonas Constantino (626-641, emperador en 641) - hijo de Heraclio, hermanastro de Constantino III
Constante II Heraclio Pogonato ("el Barbado") (630-668, emperador de 641 a 668) - hijo de Constantino III. Aparece en la Armenia bizantina la secta de los Paulicianos, movimiento dualista no maniqueo, fundado por un tal Constantino, y comienzan a ser perseguidos hasta el año 726.
Constantino IV (649-685, emperador de 668 a 685) - hijo de Constante II. 680 Sexto Concilio Ecuménico 3º de Constantinopla, condena el monotelismo. Alejandría, Antioquia y Jerusalén, provincias todavía monofisistas, caen en manos del Islam, por lo que desaparece toda controversia, se impone el Cristianismo calcedoniano. Constantino IV y Justiniano II fueron considerados por Roma los Emperadores más ortodoxos en su calcedonismo.
Justiniano II Rhinotmetus ("Nariz Cortada") (668-711, emperador de 685 a 695) - hijo de Constantino IV
No dinásticos o primer «período turbulento» (695-717)
Leoncio II (emperador de 695 a 698) - general de Justiniano II
Tiberio III Apsimar (emperador de 698 a 705) - soldado, derrocó a Leoncio II

PATRIARCAS:
607-610 Tomás I
610-638 Sergio I
638-641 Pirro
641-653 Paulo II
654 Pirro (2da vez)
654-666 Pedro
667-669 Tomás II
669-675 Juan V, excomulgado por Roma, Máximo el Confesor, por no condenar al monofisismo.
675-677 Constantino I
677-679 Teodoro I
679-686 Jorge I, preside el Concilio de Constantinopla.
686-687 Teodoro I (2da vez)
688-694 Paulo III
694-706 Calínico

SIGLO VIII: PRIMERA CONTROVERSIA ICONOCLASTA.

EMPERADORES:
Restauración
Justiniano II Rhinotmetus - reinstaurado, rige nuevamente de 705 a 711
No dinásticos
Filípico Bardanes (emperador de 711 a 713) - soldado, usurpador
Anastasio II (???-721, emperador de 713 a 715) - no dinástico, secretario de Filípico electo por el Senado
Teodosio III (emperador de 715 a 717) - recolector de impuestos, proclamado emperador por las tropas rebeldes.
Dinastía isáurica (717-802)
León III el Isáurico (675-741, emperador de 717 a 741). Primer Emperador Iconoclasta, por influencia árabe, contra Juan Damasceno y el Papa Gregorio II (713-731) que defienden el uso de las imágenes . A partir del año 726 comienza una época de una cierta tolerancia al Paulicianismo, dado que también eran iconoclastas.
Constantino V Copronymus ("el del nombre de excremento") (718-745, emperador en 741) - hijo de León III
Artabasdo (emperador rival, de 741 a 743) - yerno de León III, cuñado de Constantino V
Constantino V Copronymus - reinstaurado, de 743 a 775. Durante los años 763 a 840 el Maniqueísmo es la religión oficial del Imperio mongol de Uyghur. 754 se celebra el Sínodo Iconoclasta de Constantinopla, y comienza la persecución del monacato.
León IV el Jázaro (750-780, emperador de 775 a 780) - hijo de Constantino V
Constantino VI el Cegado (771-797, emperador de 780 a 797) - hijo de León IV
Irene la Ateniense (755-803, emperatriz de 797 a 802) - esposa de León IV, madre de Constantino VI. Restitución del culto a las imágenes.

PATRIARCAS:
706-712 Ciro
712-715 Juan VI
715-730 Germán I, iconódulo, depuesto por el emperador León III.
730-754 Anastasio, iconódulo, excomulga al emperador Constantino V.
754-766 Constantino II, iconoclasta, títere del emperador.
766-780 Nicetas I, iconoclasta.
780-784 Paulo IV, último patriarca iconoclasta.
784-806 Tarasio, iconódulo, laico elevado a la dignidad de Patriarca Ecuménico. Preside en 787 el Séptimo Concilio Ecuménico 2º de Nicea, contra los iconoclastas.

SIGLO IX: SEGUNDA CONTROVERSIA ICONOCLASTA Y CISMA DE FOCIO.

EMPERADORES:
No dinásticos o segundo «período turbulento» (802-820)
Nicéforo I el Logoteta General (emperador de 802 a 811) - logoteta bajo Irene
Estauracio (emperador en 811) - hijo de Nicéforo I
Miguel I Rangabé (emperador de 811 a 813) - yerno de Nicéforo I, cuñado de Estauracio. Es derrotado por los búlgaros.
León V el Armenio (775-820, emperador de 813 a 820) - general de Miguel I. Emperador Iconoclasta, en el 814 comienza una nueva polémica iconoclasta y se persigue el culto a las imágenes. Aquí el polemista iconódulo es Teodoro el Estudita.
Dinastía amoriana o frigia (820-867)
Miguel II el Tartamudo o el Amoriano (770-829, emperador de 820 a 829) - yerno de Constantino VI. Segundo emperador iconoclasta.
Teófilo (813-842, emperador de 829 a 842) - hijo de Miguel II, tercer y último emperador iconoclasta. Asesinato de Sergio, pope pauliciano reformador, había introducido un dualismo moderado.
Teodora, esposa de Teófilo - viuda de Teófilo y regente de Miguel III. En el 842 la Emperatriz regente restaura el culto a las imágenes.
Miguel III el Beodo (840-867, emperador de 842 a 867 - hijo de Teófilo. Cisma con Occidente.
Dinastía macedonia (867-1057)
Basilio I el Macedonio (811-886, emperador de 867 a 886) - se casó con la viuda de Miguel III. Restaura al Patriarca Ignacio y se reconcilia con Roma. Guerras contra los Paulicianos, en el 872 toma Téfrica, plaza fuerte de los Paulicianos y mata a Crisokeir, sin embargo, el Paulicianismo se extiende. Destierra al Patriarca Focio. El Zar búlgaro Boris I somete la Iglesia búlgara a Constantinopla, lo que supone un duro golpe para Roma, y el regreso de Focio.
León VI el Sabio (866-912, emperador de 886 a 912) - se lo supone hijo de Basilio I, aunque probablemente fuera hijo de Miguel III. Enviudó tres veces y tuvo cuatro matrimonios, mal visto por el clero bizantino, busca el apoyo en el Papa de Roma, de quien obtiene la dispensa para casarse con la cuarta mujer.

PATRIARCAS
806-815 Nicéforo I, depuesto por el emperador iconoclasta.
815-821 Teodoro I Meliseno, iconoclasta afín al emperador, el Papa Pascual I (817-824) declara a Teodoro cismático.
821-837 Antonio I Casimates, iconoclasta.
837-843 Juan VII El Gramático, iconoclasta, se retira por su negativa a restaurar las imágenes, en el 842 con la Emperatriz Teodora iconódula.
843-847 Metodio I, monje restaurador iconódulo.
847-858 Ignacio, depuesto por el Emperador Miguel III, por denunciar su vida licenciosa y alcoholismo.
858-867 Focio, Gran Cisma en el 862. El Papa Nicolás I (858-867) declara cismático a Focio, un laico oficial de la guardia del Emperador elevado a la dignidad de Patriarca Ecuménico.
867-877 Ignacio I (2da vez), restaurado por el Emperador Basilio I. Se celebra en 869 el Octavo Concilio Ecuménico 4º de Constantinopla, contra Focio.
877-886 Focio (2da vez), restaurado por el Emperador Basilio I y aprobado por el Papa Juan VIII. Depuesto de nuevo por el Emperador León VI el Sabio.
886-893 Esteban I
893-901 Antonio II Kauleas

REINO DE BULGARIA
Fue una amenaza constante para Bizancio. Formado por parte de Tracia, Bulgaria y Macedonia, estaba repoblado por armenios, muchos de ellos eran Paulicianos. Entre los años 840-865 había Maniqueos en Bulgaria. En el año 865 se convierten definitivamente al Cristianismo. El primer rey cristiano es Boris, que reina hasta el 889.
889 – 893 Vladimir.
893 – 927 Simeón, amenaza al Imperio Bizantino.

SIGLO X: GUERRAS CONTRA LOS BÚLGAROS Y APARICIÓN DE LOS BOGOMILOS.

EMPERADORES:
Alejandro III (870-913, emperador de 912 a 913 - hijo de Basilio I. El Zar búlgaro Simeón (893-927) amenaza Bizancio, 913.
Constantino VII Porfirogeneta ("el nacido púrpura") (905-959, emperador de 913 a 959) - hijo de la cuarta mujer de León VI, la emperatriz Zoe Carbonupsina. Entre los años 927 y 969 aparece el movimiento Bogomilo, su fundador el Pope Bogomil. En el año 950 los árabes y los Paulicianos amenazan Bizancio. 927 cesan las hostilidades de Bulgaria contra Bizancio, el Zar Pedro de Bulgaria (927-969).
Romano I Lecapeno (co-emperador) (870-948, coemperador de 920 a 944) - suegro de Constantino VII.
Romano II Porfirogeneta (939-963, emperador de 959 a 963) - hijo de Constantino VII. Se casa con la emperatriz Teófane, una mujer inmoral que le anula. Tras la muerte de Romano, Teófane se casa con un general Nicéforo, que sube al trono imperial.
Nicéforo II Focas (912-969, emperador de 963 a 969) - se casó con la viuda de Romano II; padrastro de Basilio II y Constantino VIII. Pero Teófane se enamora del joven Juan Tzimisces, la emperatriz organiza la muerte de su marido.
Juan I Tzimisces (925-976, emperador de 969 a 976) - cuñado de Romano II. Conquista el norte de Bulgaria. Juan es nombrado emperador tras expulsar del palacio a la emperatriz Teófane y los asesinos de Nicéforo.
Basilio II Bulgaróctono ("el matador de búlgaros") (958-1025, emperador de 976 a 1025) - hijo de Romano II. Vence a los búlgaros en 1004.

PATRIARCAS:
901-907 Nicolás I El Místico, polémica con el Emperador León VI por su cuarto matrimonio, que recibe la aprobación de Roma.
907-912 Eutimio
912-925 Nicolás el Místico (2da vez)
925-927 Esteban II
927-931 Trifón
933-956 Teofilacto, recomienda al Zar búlgaro Pedro cómo debe tratar a las herejías aparecidas en Bulgaria, cita a los Bogomilos y a los Paulicianos, entre estos destaca al reformador Sergio (cien años anterior). Los Bogomilos se extienden por Bizancio.
956-970 Polieucto
970-973 Basilio I El Escamandriano
973-976 Antonio III El Estudita
980-992 Nicolás II Crisoberges
996-998 Sisinio II

SIGLO XI: CISMA TOTAL CON ROMA.

EMPERADORES:
Constantino VIII Porfirogeneta (960-1028, emperador de 1025 a 1028) - hijo de Romano II, hermano de Basilio II
Romano III Argiro (968-1034, emperador de 1028 a 1034 - yerno de Constantino VIII, primer esposo de Zoe
Miguel IV el Paflagonio (1010-1041, emperador de 1034 a 1041 - casado con la viuda de Romano III, segundo esposo de Zoe
Miguel V el Calafate (1015-1042, emperador de 1041 a 1042 - sobrino de Miguel IV
Zoe Porfirogeneta, (978-1050, regenta de 1028 a 1050) - hija de Constantino VIII
Constantino IX Monómaco (1000-1055, emperador de 1042 a 1055 - casado con la viuda de Miguel IV (tercer esposo de Zoe). Se produce la ruptura total con Roma, en 1054.
Teodora Porfirogeneta (980-1056, emperatriz de 1055 a 1056) - hija de Constantino VIII, hermana de Zoe
No dinástico
Miguel VI Estratiótico (emperador de 1056 a 1057) - elegido por Teodora
Dinastía Ducas-Comneno
Dinastía de los Comnenos (1057-1059)
Isaac I Comneno (1007-1060, emperador de 1057 a 1059) - derrocó a Miguel VI
Dinastía de los Ducas (1059-1078)
Constantino X Ducas (1006-1067, emperador de 1059 a 1067) - sucedió a Isaac I a la renuncia de éste.
Romano IV Diógenes (1032-1072, co-emperador de Miguel VII entre 1067 y 1071) – casado con la viuda de Constantino X, Eudoxia Macrembolitissa
Miguel VII Ducas Parapinakios (1050-1090, emperador de 1067 a 1078) – hijo de Constantino X
No dinastico
Nicéforo III Botaniates (1001-1081, emperador de 1078 a 1081) – casado con la viuda de Miguel VII
Dinastía de los Comnenos (1081-1185)
Alejo I Comneno (1057-1118, emperador de 1081 a 1118) - sobrino de Isaac I; casado con una sobrina nieta de Constantino X. En 1115 se produce una fuerte represión de los Bogomilos búlgaros en Bizancio, en Constantinopla se encontraban tanto Bogomilos como Paulicianos.

PATRIARCAS:
1001-1019 Sergio II
1019-1025 Eustacio
1025-1043 Alejo el Estudita
1043-1058 Miguel I Cerulario, Cisma total con Roma en el 1054, el Papa León IX envía una delegación desafortunada, el choque produce enfrentamientos entre el Patriarca Ecuménico y los legados papales, termina con la mutua excomunión. También se encuentra la cuestión teológica de la Filioque, no aceptada por Constantinopla y los ortodoxos.
1059-1063 Constantino II Leicudes
1064-1075 Juan VIII Jifilino
1075-1081 Cosmas I Hierosolimites
1081-1084 Eustacio Garidas
1084-1111 Nicolás III el Gramático. En 1111 queman en Constantinopla al principal Pope Bogomilo Basilio.

SIGLO XII: ÉPOCA DE DEBILITAMIENTO DEL PODER IMPERIAL, FORMACIÓN DEL ESTADO BÚLGARO Y DIFUSIÓN DE LAS HEREJÍAS DUALISTAS EN BIZANCIO.

EMPERADORES:
Juan II Comneno (1087-1143, emperador de 1118 a 1143) – hijo de Alejo I.
Manuel I Comneno (1118-1180, emperador de 1143 a 1180) – hijo de Juan II. Perseguidor de los Bogomilos, sin embargo, se extienden por todo Bizancio, el Pope Nicetas Bogomilo de Constantinopla viaja a Occitania en 1167. El Pope Simeón cabeza de la Iglesia de Dragovitsa, es el maestro bogomilo más importante; la Iglesia de Dragovitsa sostiene un dualismo absoluto muy semejante al Paulicianismo. En época de Manuel I Comneno el Bogomilismo se extiende por Servia, el principe Estevan Néman (1168-1196) convoca un Concilio y quema y deporta a muchos Bogomilos. En Bosnia se funda la Iglesia Eslovena, y comienza la expansión por Italia y Francia. En 1167 hay en Italia (Lombardía) un grupo de “cátaros” bajo un obispo llamado Marcos relacionado con la Iglesia búlgara. En el mismo año se celebra en San Felix de Caraman un Concilio Cátaro con Marcos de Lombardía y Nicetas de Constantinopla. En 1143 proceso en Colonia contra herejes cuyas raíces son griegas, el Catarismo se extiende por Alemania e Inglaterra.
Alejo II Comneno (1169-1183, emperador de 1180 a 1183) – hijo de Manuel I
Andrónico I Comneno (1118-1185, emperador de 1183 a 1185) – nieto de Alejo I, sobrino de Juan II, primo hermano de Alejo II, casado con la viuda de Alejo II.
Dinastía de los Ángeles (1185-1204)
Isaac II Ángelo (1156-1204, emperador de 1185 a 1195) – tataranieto de Alejo I. En 1187 los búlgaros se independizan de Bizancio y se forma el Estado Búlgaro, Asen I (1187-1196), le sigue Kaloïan (1197-1207) es Zar durante la invasión de los Cruzados, con algunos nobles bizantinos hicieron prisionero a Balduino de Flandes.
Alejo III Ángelo (1153-1211, emperador de 1195 a 1203) – hermano de Isaac II

PATRIARCAS:
1111-1134 Juan IX Agapito
1134-1143 León Estipes
1143-1146 Miguel II Curcuas Ojeites
1146-1147 Cosmas II el Atico
1147-1151 Nicolás IV Muzalón
1151-1153 Teodoto II
1153-1154 Neófito
1154-1157 Constantino IV Cliareno
1157-1170 Lucas Crisoberges
1170-1178 Miguel II Anquialo
1178-1179 Cariton Eugeniotes
1179-1183 Teodosio I Boradiotes
1183-1186 Basilio II Camatero
1186-1189 Nicetas II Muntanes
1189 Dositeo de Jerusalén
1189 Leoncio Teotoquites
1189-1191 Dositeo de Jerusalén (2da vez)
1191-1198 Jorge II Jilifino
1198-1206 Juan X Camatero

SIGLO XIII: EL IMPERIO LATINO Y EL IMPERIO DE NICEA.

EMPERADORES:
Isaac II Ángelo (co-emperador de 1203 a 1204) - reinstaurado en 1203 como coemperador de Alejo IV
Alejo IV Ángelo (1182-1204, emperador de 1203 a 1204) – hijo de Isaac II
Nicolás Kanabos (emperador en 1204 por 11 días)
Alejo V Ducas Murzuflo ("el de las cejas pobladas") (1140-1204, emperador en 1204) – yerno de Alejo III
Toma de Constantinopla por los Cruzados durante la IV Cruzada:
En 1204, los cruzados toman y saquean Constantinopla, ejecutan a Alejo V (a instancias de su suegro, Alejo III) y fundan el Imperio Latino, imponiendo a Balduino IX, conde de Flandes, como emperador. La aristocracia bizantina funda: el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Épiro. La sucesión imperial legitimada por el Patriarca de Constantinopla quedará en manos de los emperadores de Nicea. Durante la Cruzada muchos herejes occidentales forman una Iglesia herética latina en Constantinopla.
Dinastía de los Láscaris (1204-1261, Imperio de Nicea)
Constantino Láscaris (emperador en 1204 en Nicea) - aparentemente coronado en Santa Sofía en el momento de la toma de Constantinopla por los cruzados, hermano de Teodoro I
Teodoro I Láscaris (1174-1222, emperador de 1204 a 1222 en Nicea) – yerno de Alejo III
Juan III Ducas Vatatzés (1192-1254, emperador de 1222 a 1254 en Nicea) – yerno de Teodoro I
Teodoro II Láscaris (1221-1258, emperador de 1254 a 1258 en Nicea) – hijo de Juan III
Juan IV Ducas Láscaris(1250-1305, emperador de 1258 a 1261 en Nicea) – hijo de Teodoro II
Dinastía de los Paleólogos (1261-1453) y de los Cantacucenos (1341-1357)
Miguel VIII Paleólogo (1224-1282, emperador de 1259 a 1282 en Nicea y desde 1261 en Constantinopla) - bisnieto de Alejo III. Recupera el Imperio Bizantino, final de la división del Imperio.
Andrónico II Paleólogo (1258-1332, emperador de 1282 a 1328; co-emperador: Miguel (IX) Paleólogo en 1294-1320) - hijo de Miguel VIII

PATRIARCAS:
1208-1214 Miguel IV Autoreiano
1214-1216 Teodoro II Eirénico
1240 Metodio II
1217-1222 Manuel I Saranteno
1222-1240 Germán II
1240 Metodio II
1244-1255 Manuel II
1255-1259 Arsenio Autoreiano
1260-1261 Nicéforo II
1261-1264 Arsenio Autoreiano (2da vez)
1265-1267 Germán III
1267-1275 José I
1275-1282 Juan XI Becco
1282-1283 José I (2da vez)
1283-1289 Gregorio II de Chipre
1289-1293 Atanasio I
1294-1303 Juan XII Cosmas

REINO DE BULGARIA
1197-1207 El Zar Kaloïan amenaza a los Balduino de Flandes.
1207-1218 El Zar Boril persigue a los Bogomilos, en 1211 Sínodo contra herejes.
1218-1241 su hijo el Zar Ivan Asen II, tolerante con los Bogomilos. El Papa Gregorio IX amenaza con una cruzada contra los búlgaros, por permitir la herejía.

SIGLO XIV

EMPERADORES:
Andrónico III Paleólogo (1296-1341, emperador de 1328 a 1341) - nieto de Andrónico II
Juan V Paleólogo (1332-1391, emperador, 1ª parte del reinado de 1341 a 1347) - hijo de Andrónico III, depuesto por Juan VI
Juan VI Cantacuzeno (1295-1383, co-emperador desde 1341, reinado de 1347 a 1354) - suegro de Juan V
Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 2ª parte del reinado de 1354 a 1376) - depuesto por Andrónico IV. 1359 los Turcos invaden Tracia y parte de Bulgaria que se encuentra sumida en supersticiones y dominada por los hesicastas bizantinos, secta que propone una unión directa del hombre con Dios, es una secta ortodoxa que reniega de las herejías dualistas.
Andrónico IV Paleólogo (1348-1385, emperador de 1376 a 1379) - hijo de Juan V
Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 3ª parte del reinado de 1379 a 1390)
Juan VII Paleólogo (1370-1408, emperador en 1390) - hijo de Andrónico IV
Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 4ª parte del reinado de 1390 a 1391)
Manuel II Paleólogo (1350-1425, emperador de 1391 a 1425) - hijo de Juan V. Bulgaria cae en poder otomano. Durante el siglo XIV las herejías dualistas se extienden por Tracia y Macedonia, y encuentran su centro en la península del Athos, penetrando así en los monasterios. El dualismo se mezcla con el Masalianismo, los Bogomilos se vuelven más místicos, abandonan la carga política y social.

PATRIARCAS:
1303-1310 Atanasio I (2da vez)
1310-1314 Nefón
1315-1319 Juan XIII Gliquis
1320-1321 Gerásimo I
1323-1334 Isaías
1334-1347 Juan XIV Calecas
1347-1350 Isidoro
1350-1353 Calisto I
1353-1354 Filoteo Coquino
1355-1363 Calisto I (2da vez)
1364-1376 Filoteo Coquino (2da vez)
1376-1379 Macario
1379-1388 Neilo
1389-1390 Antonio IV
1390-1391 Macario (2da vez)
1391-1397 Antonio IV (2da vez)
1397 Calisto II Jantópulo
1397-1410 Mateo

SIGLO XV, HASTA LA CAIDA DE BIZANCIO

EMPERADORES:
Juan VIII Paleólogo (1392-1448, emperador de 1425 a 1448) - hijo de Manuel II
Constantino XI Paleólogo (1405-1453, emperador de 1448 a 1453) - último emperador bizantino. En el año 1453 Constantinopla cae en manos de los turcos.
Titulares
Demetrio Paleólogo (1453-1460)
Tomás Paleólogo (1460-1465)
Andrés Paleólogo (1465-1502). En 1502, pasa sus derechos a los Reyes Católicos

PATRIARCAS:
1410-1416 Eutimio II
1416-1439 José II
1440-1443 Metrófanes II
1443-1451 Gregorio II Meliseno Estrategópulo
1450 Atanasio II
1453-1456 Genadio II Escolario


Saludos,

Juan Almirall

sábado, 27 de diciembre de 2008

LA CUESTION DE LA FILIOQUE EN EL CISMA DE ORIENTE

En la controversia que determinó el Cisma de Oriente, normalmente, se aducen causas políticas, de la efectiva dificultad de una Iglesia Universal bicéfala, con los dos últimos patriarcas como cabezas: el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla, los dos últimos metropolitanos de los cinco que reconocía el Concilio de Calcedonia, pues tras la expansión del Imperio Árabe y la implantación de la herejía monofisista, los otros tres Patriarcas, el de Jerusalén, el de Alejandría y el de Antioquía, habían perdido todo contacto con la gran Iglesia, y habían sido abandonados a su suerte dentro del mundo Islámico.


Un elemento definitivo, desde luego, era la pérdida del poder imperial por parte de Bizancio, que ya no le unían lazos políticos con el nuevo Imperio Carolingio que se formaba en Occidente, bajo la égida de Carlomagno. Sin embargo, el conflicto entre las dos últimas sedes patriarcales, no tuvo su origen solamente en cuestiones políticas, como los cronistas se empeñan en destacar, sino en importantes cuestiones doctrinales, que tienen su expresión en la llamada “cláusula de la filioque” o cuestión de la filioque, una novedad doctrinal, plasmada en el Símbolo de Nicea (el Credo de la fe católica, establecido en Nicea y que tantas precisiones y aclaraciones requirió), introducida por los monjes francos en Oriente. Se trataba de un añadido que establecía la doble procesión del Espíritu Santo, tanto del Padre como del Hijo (filioque), es decir, que el Espíritu Santo procede, según la nueva tesis occidental, tanto de Dios Padre como del Hijo, cosa que no aceptó la Iglesia Oriental. Para los distintos Patriarcas de Constantinopla, constituía una herejía, hacer proceder al Espíritu Santo también del Hijo, pues el Espíritu procede únicamente de Dios Padre, de la Mónada. De Dios Padre proceden tanto el Hijo como el Espíritu, éste último procede del Padre a través del Hijo. Aceptar la filioque suponía la destrucción de la idea de que el Padre es el verdadero principio único y original de la Trinidad.

El Símbolo de Nicea o Credo, fue una fórmula propuesta por el grupo de obispos contrarios a las tesis arrianas, que ganó el apoyo del emperador Constantino, el gran unificador de la Iglesia, quien, por otra parte, fue el verdadero cabeza de la nueva Iglesia Imperial. El Concilio de Nicea fue el primer concilio ecuménico, celebrado en el año 325, y la gran polémica se centraba en la cuestión de la procesión del Cristo, tal como la habían propuesto los partidarios de Arrio. Sobre el Espíritu Santo muy poco se decía, pues no constituía el verdadero conflicto. El Credo fijaba conceptos griegos como el engendramiento de Cristo, no su creación; y sobre todo, la cosubstancialidad con el Padre (homoousion).

Sin embargo, el Credo, que pretendía resumir la fe ortodoxa de la Iglesia Imperial en unas cuantas frases, no dejó de dar problemas a lo largo de la historia. En el segundo Concilio Ecuménico de Constantinopla, celebrado en el año 381, se estableció, siguiendo lo dispuesto en el Evangelio de Juan 15. 26, que el Espíritu Santo procede del Padre: «Credo in unum Deum... et in Spiritum Sanctum... qui ex Patre per Filium procedit.» (Creo en un solo Dios... y en el Espíritu Santo... que procede del Padre a través del Hijo). Esta solución, conocida como Credo constantinopolitano, no tuvo fuerza hasta su sanción definitiva en el tercer Concilio Ecuménico de Calcedonia, del año 451.

Fue en el año 397, en el primer Concilio de Toledo, cuando se añadió el término filioque al Credo constantinopolitano, creando la doble procesión del Padre y del Hijo, en lo que respecta al Espíritu Santo, extremo éste que nunca fue aceptado por la Iglesia griega, más tarde denominada ortodoxa, y en especial por el Patriarcado de Constantinopla, cabeza de dicha Iglesia, para la cual, la doble procesión es un invento especulativo de los obispos occidentales, reunidos en el Concilio de Toledo, que no tiene ningún fundamento en la fe católica. La propuesta del Concilio de Toledo era la siguiente: «Credimus in unum verum Deum Patrem et Filium et Spiritum Sanctum ... sed a Patre Filioque procedens.» (Creemos en un solo Dios verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo ... que procede del Padre y del Hijo).

Algunos comentaristas del Cisma aseguran que no hay una cuestión doctrinal de fondo que justifique la división entre la Iglesia Occidental y la Oriental, pues no hay una herejía que justifique dicha división, como fue el caso de la separación de Alejandría y Antioquía, que habían caído en manos de los monofisistas. Sin embargo, estos comentaristas próximos a la Iglesia Romana, no son capaces de ver que la postura herética es la adoptada por Roma, es decir, que por el hecho de ser una Iglesia mayor, no está legitimada para introducir novedades en el Símbolo de la Fe, fruto de la especulación, a los ojos de la ortodoxia.

Saludos,

Juan Almirall